El cuento de «El Anillo del Rey» nos regala una poderosa lección que trasciende épocas y contextos. En esta historia, un rey encargado de manejar su reino recibe un consejo sabio: grabar la frase «Esto también pasará» en un anillo. Esta simple pero profunda afirmación tiene la finalidad de recordarle que ni las alegrías ni las penas son permanentes; todo es pasajero y forma parte del flujo natural de la vida.
Esta idea resulta perfectamente aplicable al mundo deportivo, un ámbito lleno de altibajos, emociones extremas y desafíos constantes. Así como el rey aprendió a afrontar la euforia del éxito y la desesperación del fracaso, los deportistas también necesitan practicar la reflexión y mantener la perspectiva, sea cual sea el resultado en sus respectivas disciplinas.
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Lo Negativo: Aprender a Navegar las Tempestades
En el deporte, como en la vida, hay períodos oscuros: lesiones, derrotas, errores o incluso estancamientos en el rendimiento. En esos momentos, la frase «esto también pasará» puede convertirse en un mantra para mantener la cabeza en alto y no permitir que los fracasos temporales definan la carrera de un atleta. Cuando una lesión amenaza con detener todo, recordar que el mal momento es transitorio da fuerzas para trabajar en la recuperación.
Este mensaje no solo aplica a los momentos de adversidad personal del atleta, sino también a los fracasos colectivos. Por ejemplo, un equipo que pierde en la final de un torneo puede sentirse desolado, pero la convicción de que tendrán nuevas oportunidades es lo que los impulsa a seguir intentándolo. El desastre no es permanente; es solo un peldaño en el camino del progreso.
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Lo Positivo: Saborear el Éxito con Humildad
Sorprendentemente, la misma frase puede ser igual de útil en momentos de victoria y gloria. “Esto también pasará” sirve como recordatorio de que los triunfos no deben convertirse en una excusa para caer en la autocomplacencia. En el mundo deportivo, un campeonato ganado un año no garantiza un rendimiento igual al siguiente.
Muchos deportistas han caído en la trampa de creer que su éxito es eterno, solo para darse cuenta de que la competencia no descansa. La frase invita a disfrutar el momento pero sin perder de vista que cada victoria es una oportunidad para aprender, mejorar y seguir adelante. No se trata de minimizar los logros, sino de permanecer humildes y enfocados en el futuro.
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Reflexión Final: El Deporte como Espejo de la Vida
El cuento del anillo jamás pierde relevancia porque apela a una de las verdades más fundamentales de la experiencia humana: todo cambia, siempre. En el deporte, esta sabiduría puede aplicarse tanto a nivel personal como profesional. Mientras que unos días nos sentimos imbatibles, otros nos enfrentamos a retos que parecen insuperables. La capacidad de un atleta de navegar estas polaridades define no solo su éxito, sino también su crecimiento personal.
Si eres deportista o simplemente un aficionado, recuerda el valor de esas palabras: «esto también pasará». En las derrotas, te recordará que tienes la fuerza para levantarte. En las victorias, te ayudará a hacerlo con los pies en la tierra y la mirada en el horizonte. Al final, el deporte es un fiel reflejo de la vida: transitorio, desafiante y, sobre todo, lleno de lecciones.
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